Aunque el tiempo pase rápido, vuelvo necesitado de nostalgias, a sentarme ante mi arma de difusión sentimental, para poder comunicar el sentir de un integante más de la popular sociedad humana. Todo esto para anunciar que luego de un recorrido agotador dentro de los sanatorios, vuelvo contento a mi casa con el deber de hijo cumplido, algunas veces con bronca, y otras(las más) con la alegría de saber que lo que hago lo hago bien, y como corresponde.
Algunas veces en la intimidad del rincón complice de un pasillo oscuro, las lágrimaas de la impotencia piden permiso para mostrarnos loa derrota, pero la agonía del dolor, impide rendirnos ante la falasia de la muerte negra, que ahoga nuestros sentidos y da fuerzas a nuestro corazón.
Sé muy bien que estamos de paso, pero ese ticket de viaje, también sé que es al portador, y que el horario de vuelta hay que estirarlo lo más posible, y mientras tenga dos brazos, la voy a seguir remando.
Angustias y desaliento, no van ha existir por ahora en mi mata burros, pero la resignación deberá venir con la frase deber cumplido, sino no la tomaré como mía, deber hacer lo que debo hacer y nada más.
Por ellos que me dieron todo, y para ellos que todo lo soy.
Estoy otra vez aquí, cansado del camino pero regocijado por la experiencia.