Realmente se necesita respirar, no es vida estar con casi 40 grados de temperatura, 90% de humedad, bajísima presión,etc, y los mosquitos y gegenes que te llevan a dar la vuelta del perro.
Las circunstancias atrozes de trabajo, ante la imagen de otros con sus ventanillas cerradas, paseando la comodidad de su trabajo(tacheros como yo),y el anhelado aire condicionado en marcha, pero todo eso es harina de otro costal, de ese costal lleno de injusticia social, la verdad que los que no tenemos la suerte de disfrutar esas condiciones de trabajo, nos sentimos discriminados y desatendidos por los derechos humanos, ya que aquí todos los nombran, yo también.
Mas precisamente ayer, en uno de los viajes mejor remunerado, me toco trasladar a una señora con determinados problemas de salud, que me reclamaba por las comodidades de viaje, que yo no le podía brindar, pero por mi cintura política, pude lograr que el viaje lo realizara igual. Una persona no mucho mayor que yo, casi 170 kilogramos de peso, problemas de respiración por ese bendito cigarrillo que no abandona, retención de líquidos, ulceras en las piernas, que parecen explotar por el peso, sola en el mundo, ya que perdió su hermana luego de 22 años de depresión, su padre se fue con su doliente hija, y su madre se rindió a la vida, ya no pudiendo luchar más. Ustedes dirán que tiene que ver todo esto con este tachero librepensante, como me dice
Pepe, sucede que a pesar de todo eso que ya les nombre, quizo esta persona, sin importar el costo del viaje, pasear por la costanera santafesina, muy a pesar del tiempo, la hora, tan solo quizo ver su ciudad, que por su salud sale poco a ver, quizo enterarse si algo a cambiado ó mejorado, puesto que a mejorado mucho, y contemplar algo de lo cual ella fue parte en el planeamiento de una obra importante como pueden observar en la imagen, La Costanera Santafesina, que cada día está más linda, con ó sin lluvia...Que linda estás Santa Fe...con tu humedad, tus mosquitos y gegenes, tus ya próximos 52 grados de sensación térmica, linda como esa novia que todos queremos tener, esquiva y presumida, pero tan nuestra que si no estás morimos por verte.
Estas son la últimas palabras del cambalacheando en el XXI tradicional, a partir de hoy, trataré de transmitir las vivencias de todos los que aquí luchamos de una u otra manera, a la vida.